• Es la valoración que posibilita al nutricionista conocer el estado actual del paciente que llega al consultorio.
• Se relacionan los indicadores de peso, talla y perímetro de cintura para establecer el diagnostico nutricional.
• Se realiza una anamnesis o interrogatorio alimentario, para conocer en detalle los distintos aspectos de la alimentación habitual de una persona tanto en la fase personal: hábitos y gustos alimentarios, lugar donde realiza las distintas comidas, intolerancia o rechazos a ciertos alimentos como el de la actividad física, para satisfacer las necesidades reales del paciente.
• De acuerdo a los resultados y los objetivos de cada paciente se prescribe un plan de alimentación individual y personalizado.
• Las consultas son semanales para que el paciente se sienta contenido, evaluado y tenga la posibilidad de evacuar dudas según se vayan suscitando; consiguiendo así resultados positivos en un menor tiempo.
• El seguimiento del tratamiento es diario, con contacto vía mail. Mediante el envío de mails motivacionales y, un feedback para consultas y evacuación de dudas.
• En cada consulta y a medida que se van cumpliendo los objetivos se van modificando los planes de alimentación con el propósito de mantener el entusiasmo del paciente y no caer en planes alimentarios monótonos y optimizar el camino hacia el mejor peso sostenible en el tiempo.